Frenar la Despoblación Rural: Un Nuevo Contrato y la Recolonización como Futuro para Nuestros Territorios

La despoblación rural en España es un desafío de larga data, pero su urgencia actual demanda nuevas estrategias y un compromiso renovado. Lejos de ser un fenómeno reciente, es una consecuencia directa de la industrialización y la concentración económica en las grandes ciudades, que ha provocado una notable desigualdad territorial.
Un Problema con Raíces Profundas y Consecuencias Graves Este proceso de vaciamiento rural, que en España se remonta a un siglo y en Andalucía se agudizó en los años 60, no se ha detenido. Hoy, cientos de municipios españoles tienen una densidad de población inferior a 3 habitantes por kilómetro cuadrado. Aunque en Andalucía la situación no es tan crítica como en otras comunidades, se observa una pérdida progresiva de población en los pequeños municipios, especialmente aquellos más alejados de los centros económicos y de servicios, dejando atrás una población cada vez más envejecida. Las consecuencias son trascendentales: afectación de la prestación de servicios, escasez de ocio y, crucialmente, de oportunidades de empleo para los jóvenes.
Hacia un Nuevo Modelo: Medidas Transversales para la Recolonización Para abordar esta situación, se proponen medidas transversales que buscan transformar el medio rural y hacerlo atractivo nuevamente:
- Un nuevo contrato rural-urbano: Es fundamental reconocer y valorar lo que el mundo rural aporta a la sociedad: alimentos, agua, energía, materias primas, custodia del territorio, paisaje, identidad, bienestar y salud. La sociedad urbana debe entender su dependencia del mundo rural.
- Implicación institucional y gobernanza reforzada: Se necesita una mirada integral a los recursos de los territorios.
- •Política fiscal y financiera diferenciada: Se requieren fuertes estímulos para la instalación industrial y la actividad económica en el medio rural, adaptados a sus realidades y necesidades.
- Infraestructuras y servicios esenciales: Garantizar la dotación de equipamientos básicos, accesibilidad a suministros de calidad, vivienda asequible, y servicios públicos (educativos, sanitarios, sociales) y privados (comercio de proximidad, oferta cultural y de ocio).
- Conectividad y movilidad: Mejorar el acceso a banda ancha de internet, telefonía móvil, comunicaciones y movilidad adecuadas.
- Fomento del emprendimiento y talento: Crear oportunidades e incentivos para el empleo juvenil y femenino, y atraer capital humano cualificado.
- Inclusión social: Considerar la inclusión de refugiados y migrantes.
- Adaptación de políticas agrícolas: Reforzar y adaptar las políticas de la PAC para entornos serranos.
- Educación específica: Una educación orientada a un mundo rural atractivo y viable.
- Estrategia de estado potente y el Mecanismo Rural de Garantía: Toda actuación pública debe contemplar sus efectos en el mundo rural para corregir impactos negativos o potenciar beneficios.
- Apoyo a empresas sostenibles: Incentivar actividades y empresas que contribuyan a la sostenibilidad en el medio rural.
- Estrategias de desarrollo rural local: Cada territorio debe tener una estrategia propia, adaptada y factible.
La Innovación Territorial y una Nueva Economía Rural Desde los años 90 se ha impulsado la diversificación de actividades económicas más allá de la agricultura, ganadería y silvicultura. Ahora, en el siglo XXI, la Innovación Territorial surge como un nuevo paradigma para superar obstáculos estructurales como el despoblamiento, la falta de oportunidades y las carencias en cohesión social. Esta innovación busca generar una actividad económica propia y asegurar un futuro para las comunidades rurales.
Condiciones Atractivas para la Recolonización La recolonización rural no es solo una idea; requiere la creación de condiciones objetivamente atractivas para los habitantes actuales y futuros. Estas condiciones se basan en tres requisitos fundamentales, añadiendo un cuarto clave:
1.Dignidad: Entendida como la posibilidad de vivir y trabajar de forma sugestiva, con bienestar, y con la capacidad de desarrollar la autoestima y la autorrealización en un pueblo. Las políticas de compensación o subvenciones no son suficientes para cubrir esta dimensión de dignidad.
2.Comunidad: La necesidad de un entorno vecinal, una organización colectiva que permita el desarrollo individual y mantenga vivos los vínculos de cohesión social, cubriendo las necesidades de pertenencia y sociabilidad.
3.Gobernabilidad territorial: Un gobierno colectivo y participativo donde los habitantes intervengan activamente en las propuestas y gestión de sus territorios.
4.Funcionalidad: Los territorios reocupados deben tener una función o un conjunto de funciones, ya sea propias o delegadas por la autoridad estatal o autonómica. El interés del Estado ha sido históricamente el motor de las políticas de colonización, como las de Carlos III para estabilizar Sierra Morena o las de Franco para aumentar la productividad agraria.
¿Cuál es la Funcionalidad Actual para los Pueblos? En la actualidad, las funcionalidades para una política de recolonización rural se vinculan a la gestión agroecológica del territorio, incluyendo:
- Recuperación de sistemas agroecológicos locales: Para el suministro de alimentos de calidad a grupos de consumo o ciudades.
- Incentivo a producciones renovables: Como productos forestales, pastos, gestión cinegética, ecoturismo.
- Desarrollo de otras actividades económicas: Ligadas al descanso, pero también productivas, como teletrabajo o actividades creativas.
- Remuneraciones por custodia del territorio y reducción de riesgos ambientales: Incluyendo la custodia del agua, conservación de la biodiversidad, prevención de incendios y gestión del paisaje.
Además, se propone la posibilidad de soberanía energética y producción de energías renovables locales, una legislación menos burocrática para pequeñas producciones, e incentivos a la implantación de empresas. La gestión forestal pública, por ejemplo, podría ofrecer empleo estable a los residentes y nuevos colonos.
En resumen, una política estatal de recolonización del campo abandonado requiere, de forma indispensable, un interés real del Estado por reocupar los territorios y la creación de condiciones atractivas para que esto sea posible. La historia nos muestra ejemplos como las «Nuevas Poblaciones de Carlos III» que sirven de modelo para la lucha contra la despoblación rural.