Este histórico edificio, reconstruido durante la subdelegación de Miguel de Ondeano, se encuentra junto a la iglesia y destaca por su fachada de ladrillo combinada con paneles cuadrangulares de mortero. Con dos plantas, cuenta con dos vanos y un balcón, mientras que en su lateral luce un reloj de sol decorado con palmas entrelazadas, un elemento distintivo de su arquitectura.
Construida a finales del siglo XVIII, fue la residencia del comandante civil hasta 1835, cuando pasó a ser Casa Consistorial hasta el traslado del ayuntamiento al Real Pósito. En el año 2000, se llevó a cabo una restauración que recuperó su aspecto original, eliminando la capa de cal que cubría su fachada. Desde entonces, el edificio alberga el Hogar del Jubilado, manteniendo su función como espacio de servicio público.
Se conserva en buen estado, reflejando siglos de historia en su arquitectura y su evolución como parte del patrimonio local.