La Dehesa Municipal de Navalacedra es un extenso espacio natural de 1.850 hectáreas, caracterizado por una vegetación heterogénea. Se trata de una dehesa mixta de encinas y alcornoques, acompañada por un pinar de repoblación y un denso matorral mediterráneo donde abundan madroños, labiérnagos, enebros, jaras y romeros.
La historia de la Finca Navalacedra se remonta al siglo XVIII, enmarcándose dentro del Plan de Colonización de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, impulsado por el rey Carlos III. En aquella época, la superintendencia asignó a cada feligrés una Dehesa boya, destinada al aprovechamiento de los vecinos y la vacada común, así como una Dehesa carnicera para el abastecimiento local.
En la actualidad, la Dehesa de Navalacedra se destina a la explotación cinegética y turística, manteniendo su importancia dentro del patrimonio natural y cultural de Aldeaquemada. Su riqueza ecológica y su legado histórico la convierten en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo rural.