La Herrería es una de las cinco primeras poblaciones fundadas en la Colonia de Fuente Palmera. Aún conserva intacta una de las casas coloniales originales, testimonio vivo de más de tres siglos de historia. El nombre de la aldea parece derivar de un herrero o forjador que vivía en la zona, y cuya labor dio origen al asentamiento: se dice que “la agrupación de La Herrería se dedicaba a arreglar herramientas del trabajo, en una fragua o herrería”.
Su localización central entre otras tres aldeas —Ochavillo del Río, Villalón y Peñalosa— la convirtió en un punto estratégico para la prestación de servicios, como la edificación de una de las primeras ermitas del territorio, junto a las de Fuente Palmera y Fuente Carreteros. Esta ubicación permitía acercar la atención espiritual a los colonos y, al mismo tiempo, reducir costes y tiempos de desplazamiento en una economía agrícola que dependía de la eficiencia. Además, se han encontrado en sus inmediaciones restos de escorias de plomo argentífero, lo que indica presencia de actividad en la zona ya en época romana.
En el corazón de La Herrería se encuentra el Parque Pablo Antonio de Olavide, el más extenso de toda la Colonia, donde aún se conserva una de las fuentes primitivas de la colonización de Carlos III. Junto al parque se sitúa la iglesia de Nuestra Señora del Valle, una de las capillas más antiguas del municipio. Originalmente dedicada a la Inmaculada Concepción, hoy acoge como patrona a la Virgen del Valle. El templo, de ladrillo visto, posee una espadaña con campana, un ojo de buey para su ventilación y un altar mayor de madera color nogal, sostenido por columnas octogonales. En su interior destacan el Cristo de escayola de dos metros de altura y una imagen de la Virgen del Valle. También conserva doce antiguos cuadros del viacrucis donados por el Obispado de Córdoba.
La Herrería celebra su feria local a comienzos de julio y su fiesta patronal el 8 de septiembre, cuando la Virgen del Valle sale en procesión por las calles de la aldea. Una de sus tradiciones más singulares es la celebración del Día de los Santos Inocentes con la Danza de los Locos, una manifestación popular en la que los danzantes recorren con su baile toda la Colonia, manteniendo viva una de las costumbres más antiguas y originales de la zona.