Montizón es un pintoresco pueblo situado en la comarca de Sierra Morena, que forma parte de las llamadas Nuevas Poblaciones fundadas por el rey Carlos III en el siglo XVIII. Con una rica historia que se remonta a la Prehistoria, este enclave ha sido un lugar estratégico de paso y comunicación entre Levante, la Mancha y el Valle del Guadalquivir. Su entorno natural y su cultura, profundamente arraigada al olivo y la caza, hacen de Montizón un destino único para los amantes del turismo cultural, la naturaleza y la gastronomía.
Un paseo por la historia de Montizón
Montizón ha sido un lugar habitado desde tiempos remotos, con evidencias de los primeros pobladores a través de numerosos hallazgos arqueológicos. Los restos de flechas de pedernal, hachas y cerámica encontrados en lugares como Torre-Alber y Cabeza Chica dan cuenta de su importancia en la prehistoria. Durante la época romana, Montizón se consolidó como un enclave estratégico en las rutas de comunicación, siendo parte de la red viaria romana, con vestigios de antiguas calzadas y un miliario que marcaba el camino hacia Contrebia.
Con la llegada del Islam, Montizón se convirtió en una pequeña alquería, que fue finalmente conquistada por Fernando III en el siglo XIII. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando Montizón alcanzó su nueva vida como parte del plan de colonización de Sierra Morena bajo la dirección de Pablo de Olavide. Los colonos centroeuropeos que llegaron a la zona, procedentes de Alemania, Francia, Italia y otros países, transformaron este paraje en un pueblo próspero, cuyo diseño urbanístico sigue siendo una de sus características más llamativas. La disposición de sus calles, rectilíneas y trazadas a cordel, forma un pequeño damero alrededor de una amplia plaza central, donde se alza la Iglesia de la Inmaculada Concepción.
Naturaleza y paisajes
Montizón es un lugar ideal para quienes buscan disfrutar de la naturaleza. Su entorno natural, marcado por los olivos, es uno de los paisajes más representativos de la comarca. Además, el área cuenta con diversos espacios naturales ideales para el ocio y el turismo de aventura. El Pantano El Dañador, que abastece de agua a la comarca, es un lugar perfecto para disfrutar de un día al aire libre. Su zona recreativa, con mesas y sillas, áreas de barbacoa y un parque infantil, invita a los visitantes a relajarse en medio de la naturaleza. El Sobrante, otro paraje natural en pleno macizo de Sierra Morena, ofrece vistas espectaculares y la oportunidad de contemplar la flora y fauna autóctonas mientras se disfruta de un área recreativa con piscina.
Los aficionados a la caza encontrarán en Montizón un paraíso para la caza mayor. La riqueza cinegética de la zona es conocida en toda España, y en sus extensos cotos se pueden cazar ciervos, jabalíes y otros animales. Además, los turistas interesados en la historia y la minería podrán visitar la Mina El Avellanar, una antigua mina de galena, ubicada cerca de Aldeahermosa.
Gastronomía local: un sabor de tradición
La gastronomía de Montizón es otro de los grandes atractivos del pueblo. Los platos típicos, influenciados por la transumancia y la ganadería, tienen un sabor único gracias a los productos frescos y de temporada que se cultivan en las huertas locales. El aceite de oliva es el ingrediente principal de la cocina montizonera, utilizado en todo tipo de platos, desde ensaladas hasta guisos y frituras.
Entre los platos más tradicionales destacan las migas, gachamigas, ajo de harina y los deliciosos embutidos de la matanza, como el chorizo, la morcilla y el salchichón. En el mes de noviembre, las matanzas del cerdo son una tradición que permite a los visitantes conocer el proceso de elaboración de estos sabrosos embutidos. La carne de monte, como el ciervo y el jabalí, también es un ingrediente habitual en la cocina local, con bares que ofrecen tapas de estas carnes como especialidad.
Los dulces de la zona, como los pericones, roscos de anís y brazos de gitano, son perfectos para acompañar una taza de café o un licor local. Montizón es también un lugar ideal para disfrutar de la dieta mediterránea, donde el aceite de oliva es la clave para una alimentación saludable.
Fiestas y tradiciones
Las fiestas de Montizón son otro de los grandes atractivos para los turistas. Durante todo el año se celebran eventos que llenan las calles de alegría y color. La Romería de San Isidro, celebrada en mayo en el pantano El Dañador, es una de las festividades más destacadas. En julio, Montizón celebra su fiesta patronal en honor a Santiago Apóstol, con verbenas y suelta de vaquillas. Otras festividades importantes incluyen San Juan Bautista en junio y El Cristo de la Expiración en septiembre. Además, la noche de San Antón en enero y el carnaval en febrero son momentos de gran tradición y diversión en el pueblo.