Construido en 1792 para sustituir a un edificio anterior, el Real Pósito de Labradores y de Diezmo es una de las construcciones más imponentes de su tipo. Aunque todas las capitales de feligresía contaban con un pósito, el de Aldeaquemada destaca por sus dimensiones monumentales, ocupando toda una manzana.
Su fachada de ladrillo con paneles de mortero fue recuperada tras la retirada de una capa de cal, devolviéndole su apariencia original. Dos pasajes atraviesan el edificio, dando acceso a antiguas dependencias que en su día fueron arrendadas a tenderos. En la parte superior, el reloj con su campana, que conserva su maquinaria original, sigue marcando el tiempo como símbolo de la fundación del municipio.
Actualmente, el edificio alberga el Ayuntamiento, manteniéndose en buen estado de conservación tras varias restauraciones. Su historia y su arquitectura lo convierten en un referente patrimonial de la localidad.